El secuestro de un periodista y sus últimos ataques contradicen la idea del término de la guerrilla generada por la liberación de rehenes.
Después de 47 años de lucha guerrillera en Colombia y el secuestro de 2,000 civiles y 250 militares, de acuerdo con el gobierno, las FARC anunciaron en marzo el fin del secuestro y la entrega de los últimos 10 rehenes uniformados. El gobierno interpretó el mensaje como el inicio del fin de la guerrilla, pero sus últimos ataques y el reciente secuestro de Roméo Langlois, periodista francés, demuestran su actividad.
La carta de las FARC con el anuncio del fin del secuestro supuso para algunos la puerta abierta a las negociaciones. “Es un paso impresionante que hay que aplaudir, pero hay una serie de obstáculos sociales, como las mismas fuerzas militares o los ganaderos que no quieren negociar. La comunidad internacional se va a meter y el mensaje con las liberaciones es que se está creando un ambiente de paz. A punta de conflicto, es muy difícil, y los últimos 10 años lo han demostrado”, señaló Ariel Ávila, analista de la Corporación Nuevo Arco Iris.
Mientras la incertidumbre rodea la situación del periodista francés, las FARC prosiguieron esta semana su ofensiva armada con un ataque el jueves a un campamento de carabineros en la frontera entre Colombia y Venezuela, que causó siete uniformados muertos y 12 heridos.
El 20 de febrero, se conmemoró una década de la ruptura del fallido proceso de los diálogos de paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno del presidente Andrés Pastrana (1998-2002). Esa fecha marcó el inicio del secuestro de políticos, comenzando por el de la excandidata Ingrid Betancourt, rescatada en 2008.
El intento por lograr una salida política negociada, que terminó con el fortalecimiento de la guerrilla, allanó el camino para que calara el discurso de línea dura del presidente Álvaro Uribe (2002-2010), antecesor de Juan Manuel Santos. En sus ochos años de gobierno, se realizaron ataques, que terminaron con columnas enteras y con la muerte de varios comandantes: Raúl Reyes, Tirofijo y el Mono Jojoy, este último conocido como el carcelero de los secuestrados.
“Por nuestra parte, sentarse a conversar no apunta a ningún tipo de rendición o entrega“, aclaró el jefe máximo del grupo insurgente, Timochenko, en una declaración divulgada el 19 de abril en un sitio de los rebeldes en internet.
¿Cuántos son?
Según cifras oficiales, de los 20,000 miembros de las FARC cuando se realizaron los diálogos, se pasó a 8,000 al término del gobierno de Uribe. De los cerca de 120 frentes en los que estaban distribuidos, en la actualidad hay 87, de acuerdo con datos oficiales. Las cifras varían si la cuenta la llevan expertos independientes. Según la Corporación Nuevo Arcoiris, una ONG creada en 1994, experta en temas de seguridad y financiada por agencias de cooperación internacional, la guerrilla cuenta con 12,000 hombres, distribuidos en 92 estructuras.
Con la llegada de Juan Manuel Santos al poder, quien en su discurso de posesión dijo que tenía guardadas las llaves de la paz, grupos de víctimas, ONG y académicos vieron la posibilidad de repensar una salida política negociada.
Cuando Santos llegó al gobierno, el número de secuestrados también se había reducido. En 1998 las FARC llegó a tener 2,000 civiles y 250 militares como rehenes, y en la actualidad, según País Libre, ONG que lucha contra el secuestro desde 1996, la guerrilla tiene a 450 civiles retenidos. Los 10 últimos rehenes uniformados fueron liberados el 2 de abril.
El ritmo de la violencia
Pero, ¿el descenso de estas cifras implica la reducción operativa de la guerrilla? De acuerdo con un reciente informe realizado por la no gubernamental Fundación Seguridad y Democracia, un think thank creado en 2000 con ayuda estadounidense y que formó parte del gobierno de Uribe durante su segundo mandato, el primer bimestre de 2012 fue el más violento en siete años, con un aumento de las acciones de las FARC en un 290 por ciento con relación con 2008.
En los primeros dos meses de este año, hubo 78 ataques de las FARC contra cuarteles de la Policía en Colombia, que suelen estar ubicados en zonas pobladas.
Las fuerzas de seguridad del gobierno dieron un golpe a las FARC con dos operativos, que provocaron la muerte de 75 de sus miembros y la captura de otros 16 en el oriente del país a finales de marzo.
El número de bajas de las últimas acciones del Ejército hizo olvidar que 2012 comenzó con una estela de carros bomba, petardos, morteros y otros explosivos, que dan cuenta de una guerrilla “que se vio en la necesidad de reestructurarse, constituir retaguardias y posesionar de nuevo su accionar militar”, según Carlos Medina Gallego, miembro del grupo de investigación en Seguridad y Defensa de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Colombia.
Estas acciones son, según el comandante de las fuerzas militares, general Alejandro Navas, el Plan Renacer de las FARC, al que su fuerza respondió con una estrategia llamada Espada de Honor. “Queremos atacar los mandos medios, que son al fin y al cabo los que van a reemplazar a los del secretariado. Hemos neutralizado a 622 guerrilleros, de los cuales 141 murieron, 246 fueron capturados y 217 desmovilizados”, aseguró.
Según el Ministerio de Defensa, los departamentos donde más presencia tienen las FARC en la actualidad, y que también han sido bastiones tradicionales, son Arauca, nororiente, Nariño y Cauca, en el suroccidente. En este último fue dado de baja el comandante Alfonso Cando en noviembre del 2011, reemplazo de Tirofijo, el guerrillero más antiguo del continente hasta su muerte.
En los tres departamentos, el gobierno ha reforzado su despliegue de seguridad. Arauca es uno de los departamentos más militarizados del país, con el 80% de la tropa dedicada a cuidar la infraestructura petrolera. “Al ser fronterizo con Venezuela, es un importante punto para la salida de drogas y para que guerrilleros preparen acciones armadas desde el vecino país gracias a la permisividad del gobierno de Hugo Chávez y la guardia fronteriza”, según dijo Rangel en entrevista con CNNMéxico. En este departamento, las FARC disputan el control de las rutas del narcotráfico con la guerrilla guevarista del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
La renovada relación entre el presidente Juan Manuel Santos y su homólogo Hugo Chávez ha permitido el desarrollo de operativos militares conjuntos en la zona. Rangel considera que las mejoras diplomáticas no han impedido que en Venezuela se refugien “comandantes, que existan campamentos y que se secuestre a empresarios venezolanos”.
Las finanzas de las FARC
Antes de morir, el comandante Pedro Antonio Marín, Tirofijo comunicó al Secretariado en un mensaje encontrado en los computadores incautados a Raúl Reyes que para lanzar una ofensiva a nivel nacional necesitaban ocho millones de dólares y que la manutención de la totalidad de sus hombres ascendía a 18 millones de dólares anuales.
Aunque es imposible conocer con cuánto dinero cuentan las FARC, según la corporación Nuevo Arco Iris, un combatiente le cuesta a la guerrilla cerca de $600 mensuales en gastos de uniformes, armas y alimentación.
De acuerdo con las autoridades, la provisión de los frentes subversivos se ha hecho cada vez más difícil por la interceptación de las comunicaciones y el desarrollo tecnológico del Ejército, pero “es innegable que siguen financiándose en principal medida del narcotráfico”, dice el general Navas.
Las fuentes coinciden en que el narcotráfico sigue siendo la principal fuente de financiación de las FARC en más de un 60 por ciento, seguido por la minería ilegal, las extorsiones y finalmente el secuestro.
Por eso, el reciente anuncio de abandonar el secuestro extorsivo, no hace mella en las finanzas de las FARC. Pese a las cifras de organizaciones como País Libre, que hablan de 450 rehenes en poder del grupo guerrillero, las FARC cometen el 10 por ciento de los secuestros que cometían hace una década. La dinámica en las zonas donde el proyecto guerrillero todavía tiene injerencia sigue siendo la extorsión a ganaderos y comerciantes. “Allí se han creado sistemas de contribución y economías fiscales paralelas. Las FARC tienen sus propias inversiones en agricultura, ganado y banca”, puntualiza el investigador Medina, de la Universidad Nacional.
El secuestro del periodista francés reabre las dudas sobre el fin de la guerrilla y sobre la opción de que se retome la negociación. La Cruz Roja informó este domingo que las FARC se dispone a liberar al reportero.
Jenny Manrique es una bloguera que contribuye a AQ Online. Es periodista colombiana y editor de Semana.com. Su cuenta de Twitter es @JennyManriqueC. Este artículo publicado originalmente por la autora en CNNMéxico.com