Este artículo fue adaptado de la edición impresa de AQ sobre transparencia y las elecciones de 2018. | Read in English
Duckencia Bourdierd pensó en irse de Haiti para siempre después de que un terremoto devastó el país en 2010.
Pero cuando vió la resiliencia de sus compatriotas, trabajando para reconstruir el país, ella sabía que tenía que quedarse.
“Quería ser parte de esa renovación”, dijo Bourdierd, quien formó un negocio de reciclaje en Puerto Prínicipe cuando tenía 24 años. Ahora su negocio tiene más de 20 empleados. “Más allá de generar recursos, quería hacer algo para ayudar a mi país.”
La historia de Bourdierd es inspiradora – pero, en América Latina, no es única. Desde San Salvador hasta Buenos Aires, jóvenes están combinando sus habilidades empresariales con el deseo de transformar sus comunidades.
En nuestra segunda encuesta de emprendedores, nos enfocamos en Bourdierd y en cuatro personas más quienes se distinguen por sus logros, su visión, y su conciencia social.
Algunas de estas empresas inovadoras apenas están comenzando, mientras que otras ya operan a escala nacional. La plataforma de educación Geekie, de Claudio Sassaki, ya cuenta con 85 empleados y tiene usuarios en cada una de las ciudades principales de Brasil; la iniciativa de Rocío Mendoza, Leer Para Soñar, está teniendo un impacto en El Salvador con apenas tres empleados.
Para completar nuestra lista están el argentino Gino Tubaro, quien a solo 22 años está utilizando impresoras 3D para crear prótesis customizados, y el mexicano Camilo Pagés, quien está utilizando energía alternativa para transformar granjas en su país y en el mundo.
Juntos, este grupo de personas – y sus negocios – son prueba de que el recurso más valioso de América Latina es el capital humano de sus poblaciones.