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Carmen Aristegui entra a un café vacío en Ciudad de México con un abrigo beige sobre sus hombros y una mirada llena de furia.
“Otro”, dice mientras sacude su cabeza. “Perdimos a otro”.
Unos días antes, Javier Valdez se había convertido en el sexto periodista asesinado en México en 2017 (fue sacado de su automóvil a la fuerza y baleado a plena luz del día en el estado de Sinaloa, uno de los epicentros de la violencia del narcotráfico). Para Aristegui, una de las periodistas de investigación más prominentes de América Latina y una constante piedra en el zapato del presidente Enrique Peña Nieto, el aumento de los asesinatos forma parte de una tragedia mexicana aún más grande.
“Tenemos una crisis profunda de derechos humanos, con miles de muertos y, a la vez, somos profundamente incapaces de llevar estos casos ante la justicia”, Aristegui le dijo a AQ. “Hay un gran manto de impunidad que cubre todo y los periodistas están atrapados en medio de todo esto”.
El resultado, según Aristegui, es que muchos periodistas han recurrido a la autocensura, la cual ella describe como “la herramienta más efectiva de los poderosos”. Ante la pregunta de por qué creía que México, un país moderno en varios aspectos, con una clase media cada vez más grande, ha sido uno de los países más fatales para los periodistas, Aristegui hizo referencia al legado “autoritario” del gobierno de un único partido que apenas salió del poder en el año 2000.
“Ha sido una transición muy lenta”, dijo. “Todavía no hemos sido capaces de generar a suficientes ciudadanos que defiendan la democracia”.
Aristegui ciertamente ha hecho su parte. Por ejemplo, reveló un caso en el que un contratista predilecto del gobierno construyó una casa para la familia de Peña Nieto (lo que obligó al presidente a ofrecer disculpas). Aristegui perdió su trabajo en una emisora de radio después de la investigación, un despido que muchos creyeron que fue provocado por la presión del gobierno. Pero su carrera no ha hecho más que avanzar desde entonces y ahora es la anfitriona de un programa en CNN en Español.
¿Qué la motiva a seguir adelante, a pesar de las amenazas y los demás retos?
“Te impulsa la adrenalina, este es un estilo de vida”, dijo, con una sonrisa encantadora. “Estás de vacaciones, quizás estás tomando un café, pero de repente vez algo y piensas ‘¡esto es una historia!’”.
“Me gusta contar historias. Es un impulso vital para mí y, espero que lo sea para otros también”.
