Este artículo fue adaptado del reportaje especial de AQ sobre cómo cerrar la brecha de género | Read in English
Es un mensaje que compartimos y hemos escuchado alto y claro de parte de nuestros socios en todo el hemisferio: si quieres ser un exitoso secretario de defensa o jefe de seguridad, tienes que reclutar al mejor talento, y al mismo tiempo afrontar tanto los desafíos estructurales como los culturales para hacer progresar ese talento. Esto significa aprovechar todos los segmentos de la sociedad, especialmente a las mujeres. Es completamente necesario integrar a las mujeres en las fuerzas armadas y de seguridad para tener éxito en el siglo XXI —para que estén profesionalizadas, listas para cualquier misión y tengan legitimidad a los ojos de la población.
El Comando Sur de los Estados Unidos (USSOUTHCOM, por sus siglas en inglés), responsable de la cooperación y los compromisos en materia de seguridad en América Central, América del Sur y el Caribe, está comprometido con el avance de la estrategia “Mujer, Paz y Seguridad” (WPS, por sus siglas en inglés). La WPS proporciona la oportunidad de generar un compromiso importante para fortalecer las relaciones con nuestros socios. Nuestros esfuerzos incluyen el apoyo al empoderamiento y ascenso de las mujeres dentro de las fuerzas armas y de seguridad, la participación significativa en la mesa de toma de decisiones, la protección contra la violencia y el acceso a los recursos de asistencia humanitaria. Lograr la equidad entre los géneros en América Latina y el Caribe es una de las claves para superar los retos estructurales y culturales de la región. Nuestro objetivo es claro: un hemisferio más seguro, próspero y libre, lo cual sólo puede ser posible cuando las mujeres tienen un rol integral en la construcción de este futuro.
Este octubre se cumplen veinte años desde que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptó la Resolución 1325 (UNSCR 1325), que se ocupa de la forma en que el mundo aborda los conflictos, los roles de género y los esfuerzos por la estabilidad. La lógica de la resolución es: los hombres, las mujeres, las niñas y los niños se ven afectados por los conflictos de forma diferente. Esta resolución, y una serie de resoluciones de la ONU que le siguieron, han establecido que las mujeres deben participar en todos los niveles de toma de decisiones en materia de paz, seguridad y defensa para promover más eficazmente la estabilidad y la recuperación después de los conflictos. La iniciativa WPS pone en primer plano la lógica de la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y amplía los temas que ya están profundamente arraigados en el debate político nacional e internacional. En el caso de América Latina y el Caribe, el programa de la WPS ha guiado a una generación de pioneros, investigadores y personal de mantenimiento de la paz para trabajar incansablemente en favor de un hemisferio más seguro y protegido.
Lo que sabemos
WPS nos ha enseñado mucho sobre la salud de la comunidad, las operaciones de estabilidad y las amenazas que enfrentamos. Sabemos que la igualdad de género, junto con el conjunto de soluciones gubernamentales para la gobernanza económica y los retos de seguridad, hace que los países y las comunidades sean más estables y más pacíficas. También sabemos que los lugares que presentan grandes brechas de género o menos derechos para las mujeres tienen una mayor incidencia de corrupción y violencia. Las investigaciones demuestran que las negociaciones de paz tienen un 35% mayor probabilidad de éxito cuando las mujeres forman parte del proceso. Nuestra experiencia nos dice que las mujeres son fundamentales para prevenir los conflictos antes de que estallen, y que su participación permite a las comunidades frenar el escalamiento de la violencia y desactivar las tensiones entre grupos. Además, las mujeres que trabajan en el mantenimiento de la paz fomentan una mayor confianza en las comunidades. La inclusión de perspectivas de género durante la planificación y la ejecución de esas operaciones de mantenimiento de la paz mejora el acceso que se tiene a las poblaciones locales y aumenta el apoyo local.
Muchas de las amenazas que encontramos en la región explotan el valor de las mujeres. Durante los últimos decenios, los grupos guerrilleros colombianos han atacado y reclutado específicamente a mujeres vulnerables utilizando tácticas de coacción, manipulación, prometiéndoles mejores condiciones físicas y económicas de vida y aprovechándose de los lazos familiares. Antes de deponer las armas en 2017, el grupo más antiguo, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), se presentaba a sí misma como una organización feminista e igualitaria, sin embargo fomentaba un entorno en el que las mujeres se enfrentaban a los mismos retos a los que suelen enfrentarse en la sociedad incluyendo el acoso y la desigualdad. Además de las amenazas que reciben mujeres de parte de los grupos guerrilleros, muchas de las redes de traficantes de la región que mueven drogas ilícitas comparten una infraestructura física y financiera con las redes de trata de personas, lo que constituye otra amenaza contra la mujer y contra la seguridad.
Para mejorar las capacidades y contrarrestar las amenazas, el USSOUTHCOM está implementando estrategias para empoderar a las mujeres y promover la equidad en todo el hemisferio como parte integral del objetivo más amplio de lograr fuerzas armadas y de seguridad profesionales y con instituciones fuertes basadas en valores. La perspectiva de género está abriendo un nuevo mundo de oportunidades para fortalecer las alianzas, para proporcionar formas innovadoras de resolver viejos problemas y para mejorar nuestro equipo para los complejos entornos y campos de batalla de hoy en día. El programa WPS del Comando recurre a expertos en la materia que asesoran a nuestros principales líderes y personal sobre la integración de las perspectivas de género en los dominios militares a lo largo del continuo de los sectores de defensa y de seguridad en nuestra región. Estos asesores garantizan que representemos con precisión los roles de las mujeres en nuestros planes, operaciones y ejercicios, además de alentar a nuestros socios a implementar cambios que mejoren la participación significativa de las mujeres en los procesos de toma de decisiones.
Dónde hemos estado
En todo el hemisferio occidental, los militares y las fuerzas de seguridad están llegando a la misma conclusión: la WPS es importante para la seguridad nacional y regional. Este no es un fenómeno nuevo; en 1999, Mireya Pérez, de Chile, se convirtió en la primera mujer general de América Latina. En el momento en que entró en vigor la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU, las fuerzas armadas salvadoreñas abrieron sus puertas a las mujeres; desde entonces, más de 1,500 mujeres se han incorporado. Incluso antes de la WPS, las mujeres de Jamaica y Guyana estaban derribando barreras. La aviación ha sido un lugar particularmente propicio para la integración de las mujeres en los espacios de seguridad de América Latina y el Caribe. Hoy en día, mujeres de Brasil, Colombia y El Salvador, por nombrar algunos países, vuelan aviones de combate. Este año, la Armada brasileña celebrará el cuarenta aniversario de la integración de las mujeres; el próximo año, las mujeres brasileñas continuarán abriendo nuevos caminos y podrán servir en funciones de combate en el Cuerpo de Fusileros Navales (CFN) por primera vez. Las mujeres están asumiendo cada vez más roles prominentes y conquistando espacios antes impensables.
Desde el año 2000, seis de nuestras naciones aliadas han adoptado planes de acción nacionales WPS: Chile (2009), Argentina (2015), Paraguay (2015), Brasil (2017), El Salvador (2017) y Guatemala (2017). Muchos más han aprendido que las mujeres ayudan a prevenir la violencia y a proporcionar seguridad fomentando enfoques inclusivos como la creación de confianza, la iniciación de diálogo y la superación de las diferencias. Las mujeres, que constituyen más del 50% de la población, aportan a las fuerzas de seguridad habilidades únicas y necesarias. Además de prestar servicio en operaciones en sus propios países, las mujeres soldado latinoamericanas han prestado apoyo a misiones de mantenimiento de la paz en toda África, incluidas las operaciones en la frontera entre la República Centroafricana y Sudán.
Para el equipo del USSOUTHCOM, trabajar junto a las valientes mujeres integrantes del servicio en toda nuestra región es una experiencia conmovedora. Estas mujeres comparten historias de lucha, compromiso, desafío y triunfo mientras sirven a su país y mejoran la seguridad de sus hijos, sus familias y sus comunidades.
Dos casos particularmente poderosos ponen en claro los avances en la WPS. Durante una visita a una base militar colombiana, los altos mandos de Estados Unidos y Colombia se reunieron con un grupo de cincuenta mujeres soldado colombianas. Estas mujeres tuvieron la oportunidad de compartir sus éxitos y desafíos con sus oficiales de alto rango por primera vez. La energía en la sala era electrizante mientras las mujeres hacían cola para contar sus historias, y cuando la reunión estaba llegando a su fin, el mando colombiano quería continuar. Este acercamiento ofrece una valiosa lección a todos los líderes militares: hay que reconocer el talento de todo el espectro humano de sus equipos.
Un segundo ejemplo de avance en la WPS se produjo cuando el USSOUTHCOM organizó una reciente Conferencia de Seguridad del Caribe. A pesar de que la conferencia contaba con una audiencia principalmente masculina, se llevó a cabo una sesión de la WPS con mujeres líderes que compartieron sus experiencias. El diálogo sobre la integración de la mujer se tornó rápidamente a que nuestros asociados regionales compartieran y pusieran de relieve con orgullo sus esfuerzos en materia de WPS. El Jefe del Estado Mayor de la Defensa de Jamaica, el Teniente General Rocky Meade, fue el primero en ponerse de pie y compartir la forma en que implementó los cambios estructurales en el reclutamiento y la promoción y los beneficios que había presenciado personalmente como resultado de ello. Otros jefes de las fuerzas armadas se apresuraron a dar sus ejemplos. Un jefe de las fuerzas armadas de su país citó con orgullo que los cinco mejores graduados de una promoción reciente de reclutamiento eran mujeres. Otro comentó que el promedio de abandono del entrenamiento básico en su país es de alrededor del 15%, pero cero por ciento para las mujeres. Enfatizó que “las mujeres que empiezan se comprometen; no se rinden y lucharán hasta el final”. Las mujeres entienden lo que está en juego y que sus éxitos o fracasos afectan a las posibilidades de que otras mujeres asuman esos roles.
En el USSOUTHCOM, sabemos que las unidades militares son mejores y más fuertes cuando están integradas. Sabemos que cuando invertimos en una mujer, ella no sólo cambia su propia vida, sino que también vive dentro de su familia, su comunidad, su unidad, su institución y su país. Si bien los cambios estructurales en los sistemas de contratación, formación y promoción son fundamentales, la profesionalización también implica el empoderamiento y la elevación de las mujeres con talento en todos los sectores de la defensa y de la seguridad. Este es nuestro trabajo como líderes de alto nivel.
A dónde vamos
Al entrar a la nueva década, el USSOUTHCOM se encargará de hacer avanzar la estrategia de los Estados Unidos sobre la Mujer, la Paz y la Seguridad de 2019 y el Marco Estratégico y Plan de Implementación de 2020 del Secretario de Defensa de los Estados Unidos. Nosotros encabezaremos el proceso, mejoraremos nuestra preparación y profesionalismo, y competiremos contra las innumerables amenazas que enfrenta nuestro hemisferio compartido. Todavía tenemos mucho que avanzar en los Estados Unidos, por lo cual es fundamental hacer hincapié en las mujeres que rompen barreras. Ser la primera nunca es fácil, pero allana el camino. Cuando tengamos a la segunda, a la tercera, a la décima mujer en una posición clave, cuando deje de ser extraordinario, y cuando finalmente sea visto como una accion que aumenta la eficacia de combate de nuestras fuerzas, entonces habremos conseguido una verdadera equidad de género.
A medida que evolucionemos, el USSOUTHCOM seguirá alentando enérgicamente a sus aliados a que implementen políticas, planes y cambios estructurales que aumenten la participación significativa de la mujer en los procesos de toma de decisiones relacionados con la paz y la seguridad. En el ejército, hablamos de dominios —terrestre, marítimo, aéreo, espacial y cibernético— pero el más valioso es el dominio humano. Las personas en los ejércitos de nuestros aliados —mujeres y hombres— están trabajando duro para construir un hemisferio más seguro, próspero y libre. Nuestra inclusión y diversidad en todos los niveles mejora la toma de decisiones, acelera nuestra integración multinacional y proporciona fuerzas capaces de triunfar frente a cualquier adversario.
Hay una competencia global en marcha entre las fuerzas de la democracia y aquellas que favorecen la cleptocracia y el autoritarismo. En esta lucha, la WPS se ha convertido en un espacio para aprender de nuestros aliados y también para encontrar valores compartidos y seguir construyendo confianza. Como el ejército más poderoso del mundo con una larga historia de integración, Estados Unidos tiene un rol esencial que desempeñar para ayudar a las naciones aliadas a crear una mayor igualdad en su fuerza de trabajo, al mismo tiempo que resisten la marea del autoritarismo.
El hemisferio occidental es nuestro hogar compartido. En los Estados Unidos, compartimos la cultura, los valores, los lazos económicos, la proximidad y el aprecio por la democracia con la mayoría de las naciones vecinas. Nuestros futuros están ligados, y nuestro deseo común de paz y seguridad garantiza una responsabilidad compartida para la acción.
Fuerzas armadas y de seguridad profesionales juegan un papel vital en la seguridad sostenible de nuestro vecindario compartido. Cuando se trata de lograr una seguridad sostenible, es imperativo que las fuerzas armadas y de seguridad de una nación sean legítimas y respetadas. Los profesionales de la defensa y la seguridad que sean respetados por su población y que estén preparados para todas las contingencias deben respetar el estado de derecho y los derechos humanos, así como comprometerse a hacer un uso ético de la fuerza, a integrar plenamente a las mujeres en nuestras fuerzas, y a que los suboficiales desempeñen un papel vital. Las fuerzas armadas y de seguridad verdaderamente profesionales están preparadas para todo el espectro de misiones potenciales, desde ejercicios hasta el combate y pasando por el mantenimiento de la paz.
En el USSOUTHCOM, trabajamos con militares de toda América Latina y el Caribe para construir fuerzas profesionales que se alíen con los Estados Unidos para mejorar la seguridad en el Hemisferio occidental. El USSOUTHCOM continuará llevando a cabo operaciones, actividades e inversiones que mejoren la preparación y el profesionalismo de nuestras fuerzas armadas estadounidenses y de las fuerzas de seguridad de nuestras naciones aliadas. Hemos comprobado que las fuerzas profesionales que demuestran la inclusión y el apoyo a la mujer son un atributo fundamental de la democracia y son vitales para ganar la competencia de hoy en día. Este mes, celebramos veinte años de progreso y abrimos el camino para el próximo capítulo de la WPS en nuestra región. No lo hacemos solos. Lo hacemos con muchos de nuestros aliados ya que comparten nuestra convicción de que las mujeres hacen posible un hemisferio más seguro, próspero y libre. ¡Trabajamos juntos y avanzamos juntos!
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La Embajadora Jean Manes es la delegada civil del comandante y asesora en política exterior del Comando Sur de los Estados Unidos. El Almirante Craig Faller es el comandante del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.