Esta puede ser la mayor catástrofe urbanística en América Latina. Mientras escribo esta nota, una inmensa montaña que alberga alrededor de diez barrios de la ciudad de La Paz, se viene abajo poco a poco. Pero a pesar del drama y la tragedia, la gente del lugar y más aún, la ciudadanía misma, parece no darse cuenta de la dimensión de la calamidad. Se cree que, como ya sucedió antes, este es un deslizamiento más –el más grave, eso sí- de esta ciudad topográficamente imposible.
Hasta ahora son 6.000 personas afectadas. Mil en un solo día. Porque el desmoronamiento, lento, parece haber acelerado su ritmo. Desde la madruga del sábado el desastre ha ido arrastrando una zona tras otra. Hoy suman siete los barrios que pasaron a la historia y cada día se suma alguno más. Se han hundido hasta 100 metros, sepultando todas las casas y edificios pequeños construidos en su suelo y el deslizamiento ha tocado algunas zonas en las faldas del cerro. Nadie ha muerto porque este es un terremoto en cámara lenta y la gente ha podido evacuar a tiempo. Una falla geológica ha despertado después de 60 años a raíz de las intensas lluvias que han remojando la tierra más de la cuenta, además de los drenajes artesanales de todas esa construcciones finalmente ilegales. Así, la montaña ha comenzado a ceder abarcando ya 160 hectáreas.
Por increíble que parezca, esta no es una novedad. Geólogos recuerdan hoy que el 80 por ciento de la ciudad de La Paz es inhabitable. Eso se sabe hace por lo menos 60 años, las autoridades municipales lo repiten todo el tiempo y no pasa nada.
La Paz debe ser una de las ciudades más particulares del mundo debido a su topografía. De hecho, por aquí la llaman “la hoyada”. Y es que efectivamente La Paz se ha construido en un hoyo que parece haber sido moldeado por un inmenso meteoro. Por eso, llegar a La Paz es impresionante. Lo haces por El Alto, la ciudad vecina, que resulta un inmenso mirador de la gran ciudad de La Paz, rodeada de montañas pobladas de casitas que resultan obras de ingeniería artesanal, pendiendo de un hilo.
El Alto fue un barrio marginal paceño que creció vertiginosamente alimentado por la migración campesina e indígena y hoy es una ciudad incluso más grande que La Paz. Y es que La Paz, al ser una hoyada con más de 300 ríos que corren por debajo, y otros 400 afluentes y demás, es una ciudad topográficamente inhabitable y entonces la gente construye sus casas en los cerros y pendientes como una selva montañosa hasta llegar por el norte hasta El Alto, 400 metros más arriba.
Al frente está otra montaña donde se han asentado otros barrios, también marginales. Esa es la zona que hoy se ha venido abajo. Y por primera vez el desastre ha afectado a la zona sur de la ciudad, un lugar considerado área residencial de la clase media y alta que ha quedado sin agua y que en este mismo momento siente la amenaza de esa inmensa montaña con casas y gente que se viene en picada hacia el río que queda a sus pies. De hecho, varias casas lujosas de aquella zona, en el sur, también han colapsado.
La montaña sigue cediendo, por eso, esta nota no tiene fin. Sólo urge la información y la emergencia de ayudar a quienes lo necesitan.