Yo nunca, jamás esperaba la reacción que recibió.
Cuando me senté frente mi computador la mañana del 1 de noviembre, quería escribir un pequeño homenaje al especial talento de los argentinos para crear amistades que duran toda la vida. Justo había visto la foto de 10 amigos de Rosario; la mitad de ellos murieron en un ataque terrorista el día antes aquí en Nueva York. Yo viví en Buenos Aires por cuatro años cuando era un joven periodista, y fui acogido – por un milagro – por un grupo de amigos argentinos parecido, con quien todavía me reúno para un asado, unas empanadas, unas Quilmes, cuando regreso al país. Podría haber sido ellos, yo contemplé. Podría haber sido nosotros.
Entonces abrí mi corazón y me desahogué. Me tomó 45 minutos escribirlo.
Para mi sorpresa, el artículo se volvió viral, y los mensajes empezaron a llegar. “Gracias por este tributo a la amistad frente a una horrible, malévola tragedia,” María Matheu me escribió. “Me hiciste llorar.” Literalmente docenas de personas desconocidas me invitaron a asados en mi próximo viaje a Argentina. Otros me mandaron fotos de sus grupos de amigos. “Estoy tan feliz que en mi país percibiste algo que es normal para nosotros,” dijo un tweet. Otro, refiriéndose a que había llegado a Buenos Aires cuando tenía 22 años, sin trabajo y sin muchas expectativas, me escribió: “Estoy tan feliz Brian que, en tus circunstancias precarias, te dimos lo mejor de nosotros.”
Esto fue increíble. Twitter normalmente es un basurero. La gente lo insulta a uno, o distorsiona lo que uno dice. Pero en esa semana, recibiría 3.000 mensajes personales via las redes sociales y correo electrónico. Todos eran positivos y sinceros. De hecho, los argentinos estaban en un humor tan generoso que nadie ni mencionó la foto que tengo en mi perfil de Facebook con Pelé – o que mi handle de Twitter es @brazilbrian.
Créeme que esto no fue fácil.
En los próximos días, gracias a la difusión del artículo, tuve el mejor privilegio de todos: me hice amigo de los sobrevivientes “amigos de Rosario.” Me contaron más de su amistad extraordinaria de 30 años, y como sus familias en Rosario se están adaptando.
Y esta es la razón principal que estoy escribiendo este nuevo artículo.
En la tarde del 31 de enero, Americas Society – una de las organizaciones donde yo trabajo – tendrá un evento benéfico en Nueva York con el apoyo del Consulado Argentino. Lo llamaremos “Una Celebración de Amistad Argentina,” un homenaje a los cinco hombres que perdieron sus vidas el 31 de octubre. Eran los principales sustentadores de sus familias, y dejaron 15 hijos sobrevivientes. Los fondos recaudados serán utilizados para la educación de estos jóvenes.
Los oradores incluyen el cónsul de Argentina, Mateo Estreme, uno de los 10 “amigos de Rosario,” Martin Marro, y mi persona. Una maravillosa mezzosoprano, Solange Merdinian, nos dará una breve presentación. Tendremos una subasta silenciosa de varias piezas, incluyendo un jersey de la estrella del futbol argentino, Lionel Messi – quien es de Rosario – firmada especialmente para la ocasión.
Lionel Messi nos firma un jersey para la subasta silenciosa del evento que tendrá lugar el 31 de enero.
Si usted está interesado en asistir al evento, por favor haz clic aquí. Si no puede asistir, pero le gustaría hacer una donación de todas maneras, no importe la cantidad, por favor haz clic aquí.
Para mí, la lección más grande de los últimos tres meses ha sido que, aun en momentos de mucha oscuridad, la luz siempre prevalece. El gran apoyo y amor por Hernán Diego Mendoza, Diego Enrique Angelini, Alejandro Damián Pagnucco, Ariel Erlij and Hernán Ferruchi es un testimonio al poder duradero de la amistad. Ellos eran lo mejor de Argentina. Eran lo mejor de todos nosotros.