Hablar de política siempre ha sido una costumbre pasional del colombiano. Podría uno decir que de cualquier ciudadano del mundo. El tema es que en Colombia con la complejidad de la política, esa pasión a veces es violencia, a veces es calumnia, pero también muchas veces es una verdad incómoda.
Este domingo es el día de las elecciones regionales en Colombia. El portal que dirijo Votebien.com especializado en cobertura electoral, recibió en las últimas semanas decenas de denuncias sobre candidatos cuestionados en todo el país, quienes podrían representar un peligro para la democracia. Con nuestro músculo periodístico pero también con la seriedad que implica seguir una denuncia ciudadana, completamos una base de datos llamada Vote en Alerta, con 140 aspirantes cuyas candidaturas tienen algún grado de señalamiento. La corroboramos con informes de riesgo de autoridades, entes de control y sociedad civil, y el resultado no es menos que lamentable:
Colombia irá a las urnas teniendo como aspirantes a algunos sancionados por algún delito o que incluso han estado presos. Un buen número tiene el respaldo de personajes cuestionados, es decir que están en la cárcel o investigados. Y otros tienen ellos mismos el respaldo de grupos ilegales que les están haciendo campaña o están impidiendo que otros la hagan. Lo más grave es que varios de ellos son claros ganadores.
Al menos el 80 porciento de los aquí denunciados son candidatos de pueblos olvidados del país a los que salvo algunos medios independientes, y por supuesto los observadores electorales, nadie les puso atención. El centralismo de las grandes cadenas y de los “líderes de opinión” solo dio para hablar de la campaña en Bogotá que resultó aburrida, abrumante y en exceso cubierta. En el marco de las elecciones regionales, el país no puede solo mirar hacia su ombligo, Bogotá, pues es precisamente en el resto del cuerpo donde se roban la democracia.
Solo para citar tres casos preocupantes. En San Onofre, Sucre, un pueblo enquistado en el golfo de Morrosquillo, corredor del narcotráfico que exporta drogas hacia Centroamérica y Estados Unidos, la campaña está teñida de ilegalidad.
La candidata que se perfila como ganadora, Maida del Carmen Balseiro, tiene a tres tíos condenados por narcotráfico, una denuncia penal de una funcionaria estatal que la acusa de haberla amenazado de muerte a través de un preso en la cárcel de Córozal, además del apoyo de ex alcaldes presos por parapolítica.
En Yopal, Casanare, departamento manejado desde la cárcel por el parapolítico William Pérez, varios aspirantes montaron un esquema piramidal de enriquecimiento ilícito con la venta de masiva de lotes que no son urbanizables. El cuento es simple pero vergonzoso: Nelson Mariño aspirante liberal a la gobernación del Casanare y Wilmar Celemín, candidato de Afrovides a la Alcaldía de Yopal, están patrocinando inversiones de urbanizadoras que compran lotes ilegales a mínimos precios, los revenden a los pobladores (futuros electores) con un sobrecosto que aún así es inferior al mercado, y les prometen que si votan por esos candidatos, legalizaran esos predios una vez lleguen al poder. !Negocio redondo!
Y en Carmen de Bolívar, epicentro de la ley de restitución de tierras que se les deben devolver a campesinos usurpados por paramilitares y políticos, el candidato liberal Rafael Gallo ha sido amenazado de muerte, por denunciar en campaña la crisis administrativa en la que ha estado inmerso el municipio tras años de corrupción.
En total de los 32 departamentos del país, más de la mitad están en riesgo, unoi de cada tres municipios no celebrarán elecciones en calma. La trashumancia permitió que 600 mil personas se inscribieran en lugares a los que no pertenecía su cédula, y tres partidos auspiciados por parapolíticos desde la cárcel PIN, MIO y Afrovides, tienen más de 17 mil candidatos en competencia.
Sin embargo el país solo se mira a su ombligo y asiste ansioso al resultado de la puja electoral entre Gina Parody, Enrique Peñalosa y Gustavo Petro, entre cuyos nombres está el del próximo alcalde de Bogotá. Qué pena.
Jenny Manrique es una bloguera que contribuye a AQ Online. Es periodista colombiana y fellow de la Fundación Internacional de Mujeres en los Medios (IWMF) y del Dart Center for Journalism & Trauma.