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Efectos de la Operación Sodoma: ¿Cerca del fin de las Farc?



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El cuerpo hinchado y amoratado de Víctor Julio Suárez (alias el “Mono Jojoy”), desprovisto del bigote que tenía cuando aparecía en los vídeos en que maltrataba a secuestrados, o daba órdenes a sus hombres, fue mostrado al mundo envuelto en unas bolsas plásticas como un trofeo de guerra. “Esta es la bienvenida a las Farc”, dijo el Presidente Juan Manuel Santos en Nueva York, desde donde anunció con júbilo la muerte del líder guerrillero. “Es como si Estados Unidos matara al terrorista Osama Bin Laden”, aseveró orgulloso. También recibió las felicitaciones del propio Barack Obama con quien tuvo su primera reunión bilateral.

Con un mes y medio de mandato en la Casa de Nariño, el flamante presidente logró lo que en sus años de Ministro de Defensa le trasnochaba: acabar con el líder militar de las Farc, considerado la cabeza del ala dura del grupo guerrillero más cerrada a la negociación, intransigente, sanguinario, cruel, autoritario, practicante de la guerra sin límites ni proporcionalidades y responsable de los más duros ataques que haya recibido el ejército y la sociedad civil en más de medio siglo de lucha guerrillera.

No en vano, a nivel judicial sobre Jojoy pesaban no menos de 60 ordenes de captura, 12 medidas de aseguramiento, cinco condenas, dos peticiones de extradición y 25 investigaciones por rebelión, homicidio con fines terroristas, y secuestros, entre otros delitos, como lo reveló Presidente Santos en su alocución presidencial donde dio el parte de victoria.

Las víctimas de Jojoy son innumerables. Fue responsable del ataque a las Delicias, en el sureño departamento de Putumayo donde murieron 37 militares. Otro 60 militares se encontraron en el botín de secuestrados de las Farc, a quienes pretendía canjear por los presos guerrilleros en las cárceles. Hoy, después de liberaciones unilaterales, rescates y fugas, todavía hay 17 víctimas de las tomas de Patascoy, Mitú y Puerto Rico que no han recuperado su libertad. Son las familias de estas personas quienes en Colombia no están celebrando por esta reciente victoria militar.  Son ellos que temen que los ánimos de venganza de la Farc se vuelquen contra los suyos. (Ayer expresamente pidieron al comandante Alfonso Cano que respete las vidas de sus seres queridos).

Jojoy también planeó la bomba contra el Nogal, un club donde se reúnen las élites políticas y empresariales del país, que en 2003 fue objeto de un atentado en que murieron 36 civiles. Planeó asesinatos como el de los misioneros estadounidenses, Stephen Everett Welsh y Timothy Van Dick—quienes difundían el catolicismo en comunidades indígenas en Colombia—y del congresista liberal Diego Turbay Cote.

Jojoy, hijo de una de las primeras mujeres guerrilleras que historiadores señalan como la cocinera del mítico Jacobo Arenas, obtuvo su apodo por el gusto que desarrolló por un gusano selvático comestible.

El líder subversivo comandaba el temido Bloque Oriental, el más grande de la guerrilla, que tenía su jurisdicción en los departamentos de Casanare, Vichada, Arauca, Vaupés, Guaviare, Meta (donde nacieron las Farc), Boyacá (lugar natal de Jojoy) y Cundinamarca (cuya capital es Bogotá). Este bloque manejaba en gran medida las finanzas de las Farc y como tal, buena parte de los ingresos por el comercio de cocaína.

De hecho, la Operación Sodoma, bautizada así por la Fuerza de Tarea Omega Conjunta para simbolizar que atacaban la ciudad del pecado, fue en la Serranía de la Macarena, corazón del Meta, un corredor tupido y selvático en donde esta unidad del ejército ya había realizado 1961 operaciones entre 2004 y 2010, según informó el programa Contravía. Seis años de persecución intensa al Mono Jojoy dejaron 1075 guerrilleros muertos y 697 desmovilizados, mientras el ataque del pasado miércoles al campamento donde estaba el líder que por más de 40 años militó en las Farc, provocó la muerte de siete subversivos, uno de las cuales podría ser del alias Romaña, considerado el artífice de las pescas milagrosas en Colombia. Las bajas entre tanto en el Ejército fueron nulas, a excepción de la muerte de una perra antiexplosivo llamada Sasha.

“Sodoma” fue diseñada milimétricamente desde la pasada Operación Jaque, la cual permitió el rescate de 15 secuestrados, incluso Ingrid Betancourt. Los oficiales de inteligencia habían logrado imitar la voz de Jojoy, infiltrar a varios de sus frentes y enterarse de que el jefe militar sufría de diabetes. Comenzaron a rastrear los pedidos que los guerrilleros rasos hacían de la insulina para tratarle su enfermedad, y descubrieron que en uno de ellos se incluyó la demanda de un “calzado especial” que le permitiera caminar a pesar de las excoriaciones y llagas producidas por el mal que padecía. La inteligencia logró incrustar en estas botas un chip con GPS, que permitió rastrearlo hasta dar con sus coordenadas exactas.

El campamento en que se encontraba fue descrito por el Ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, como “una madriguera” de 300 metros que tenía un búnker construido en concreto para proteger al jefe militar. Compuesto por túneles y áreas de escape, fue finalmente acordonado por las fuerzas de seguridad después de combates terrestres y bombardeos. Se encontraron 20 computadores y 20 memorias USB que prometen reconstruir la memoria criminal de la guerrilla.

Ojalá estos contenidos electrónicos se usen rigurosamente con base a la ley y no para judicializar opositores a partir de información falsa o mal interpretada. El tema de las chuzadas (wiretaps) en el país, ha demostrado que la persecución a opositores no tiene límites.  
Si bien Santos venía viviendo una suerte de luna de miel en el país, salió muy fortalecido tras esta victoria militar: Dejó contentos a los Uribistas que veían que algunas de sus reformas como la ley de tierras, e incluso el tono conciliatorio partidista, mostraban una mano blanda y bastante distinta a la de su predecesor. Calmaron sus ánimos inquietos por la apertura que tuvo Santos con el presidente venezolano Hugo Chávez. Con los Uribistas de su parte, sus iniciativas legislativas pueden ser de fácil trámite. Las fuerzas militares, en su mejor momento estratégico, recuperan la moral avasallada en algunas brigadas por los casos de los falsos positivos: ejecuciones extrajudiciales de civiles vestidos de guerrilleros para sumar bajas. Y La opinión pública se monta en el tren de la victoria y en un triunfalismo exacerbado que perdurará por una par de semanas.
Mientras tanto voces como las de Piedad Córdoba y Ernesto Samper, quienes dicen que no le hace bien a la democracia buscar el total exterminio de la organización guerrillera, pierden adeptos.
Pero lo que viene en adelante, contrario a lo que podría pensarse, no es el fin de las Farc, o por lo menos no una salida negociada a la guerra Colombiana. Tampoco es una rendición, ni el camino para un cese al fuego. No hay que olvidar que en las últimas semanas la guerrilla había arreciado contra la fuerza pública dejando 90 militares muertos en distintos combates en el sur del país.
Ya en el pasado con la muerte de otros importantes comandantes como su fundador Manuel Marulanda (quien falleció de cáncer) y su vocero Raúl Reyes (muerto en un polémico bombardeo a un campamento en suelo ecuatoriano), se ha visto que la guerrilla sufre deserciones importantes y la moral de la tropa baja, pero los liderazgos se reacomodan y nuevas vocerías se toman. Las infiltraciones de inteligencia hacen que la estructura compartimentada en células como la que opera la guerrilla se quiebre aún más, y las delaciones y las traiciones, no se hagan esperar.

Pero es impensable que la guerrilla se siente a negociar en tales condiciones de desventaja. Si bien Alfonso Cano representa el ala política, es el más radical de los comandantes de las Farc, precisamente porque espera que sus peticiones de cambios sustanciales en la sociedad como una reforma agraria, disminución de las inequidades sociales y fin del paramilitarismo, sucedan. Casualmente, un día antes a la vanagloriada muerte de Jojoy, un comunicado del Estado Mayor del Bloque Sur mostraba su inconformismo por la posición del ejecutivo frente a unas eventuales conversaciones. Sandos ha dejado entrever que él solamente estará dispuesto a sentarse con una guerrilla derrotada, no para escucharla, sino para imponerle la voluntad del vencedor. Ministro de Defensa Rodrigo Rivera le ofrecen a la Insurgencia la paz de los sepulcros, pax romana, y por ello, la repetitiva orden a la Fuerza Pública: “Arreciar, arreciar, arreciar.”

Las Farc están más débiles que nunca en su historia, pero el gobierno debe ser inteligente en la forma como capitaliza la baja más importante que se ha hecho a esa guerrilla en su historia. Sin olvidar que las Bacrim (Bandas Criminales) y otros reductos de paramilitares, también son parte de esta guerra y que la crisis humanitaria de desplazados y la de los mismos secuestrados, no son temas menores.

Jenny Manrique is a Colombian journalist and founder of the website www.votebien.com.

 

ABOUT THE AUTHOR

Jenny Manrique es una bloguera contribuidora para AQ Online. Ella es una periodista colombiana que ha escrito para medios como Semana, Votebien.com, El Espectador, Latinamerican Press y Folha de São Paulo. Actualmente trabaja como periodista freelance. Su cuenta de Twitter es: @JennyManriqueC.



Tags: Barack Obama, Juan Ma nual Santos, Operación Jaque, Operación Sodoma, Rodrigo Rivera, Víctor Julio Suárez
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