La madrugada del jueves 26 de febrero de 2009 ha quedado en la memoria de todo Chile. Un grupo de jóvenes chilenos, parte del programa Work and Travel se encontraban reunidos en un departamento en Miramar Beach, Florida. Sin música fuerte, ni disturbios, estaban en una reunión de amigos, disfrutando de un momento agradable, cuando el estadounidense Dannie Baker, de 60 años, decidió dispararles a sangre fría.
No hubo discusión previa, ni golpes, nada. Sólo las balas entrando por la ventana de la cocina, hiriendo de muerte a Nicolás Corp y Racine Balbontín y dejando heridos de gravedad a Sebastián Arizaga, David Bilbao y Francisco Cofré (este último de mayor gravedad).
Ahora Baker arriesga la pena máxima en el estado de Florida: la muerte, mientras las familias chilenas y el país entero han vivido un indescriptible luto, que aún no llega a su fin, ya que los cuerpos de Nicolás y Racine todavía no han arribado a Santiago, lo que probablemente ocurra durante los próximos días.
Sin embargo, más allá del dolor de esta terrible pérdida, hay una serie de preguntas que aún están en el aire en este caso. La primera de ellas es el tema de los trabajos.
Estos jóvenes llegan a Estados Unidos para ganar entre 7,50 y 11 dólares la hora—no mucho si se considera que el salario mínimo federal de este país es 6,55 dólares por hora. Por otra parte, existen varios reclamos de otros chilenos que han completado todos los pasos necesarios de este tipo de programas y una vez que llegan a su supuesto trabajo en EE.UU. les dicen que ya no existe o que se deben cambiar a otro estado, donde hay otro puesto.
Además—y este es el problema más grave en el caso de los chilenos heridos—el programa Work and Travel provee de un seguro médico con cobertura de hasta 50 mil dólares.
Toda persona que ha vivido en Estados Unidos sabe que esa cobertura es insignificante. Ir a un endocrino me costó cerca de 600 dólares hace algunos meses. ¿Cuánto debe costar entonces una cirugía de reconstrucción de cara como la que va a enfrentar Francisco Cofré? ¿Quién va a pagar eso? ¿Quién es el responsable?
Adicionalmente, cuando una persona es empleada, especialmente en sectores de alto riesgo, siempre va a estar expuesta a sufrir accidentes laborales. Por esta razón el caso de Dannie Baker no tiene que ver solamente con él, sino que es una lección sobre los desafíos e injusticias que sufren muchos trabajadores sin la cobertura necesaria.
A pesar de las múltiples interrogantes de la prensa chilena, el Departamento de Estado no ha dado ninguna respuesta, siendo ellos los responsables de supervisar este tipo de programas a través de su área de educación.
Sin embargo, los silencios no pueden durar para siempre, ni el silencio de Baker, que al escuchar sus derechos decidió no hablar, ni el silencio del departamento de estado, que debe aclarar cómo supervisa este tipo de programas.