Este artículo fue adaptado del reportaje especial de AQ sobre cómo cerrar la brecha de género | Read in English | Haz clic aquí para ver al resto del Top 5
Cuando un proyecto de ley para legalizar el aborto fue rechazado por el Senado de Argentina en 2018, el margen fue de sólo cuatro votos. Aunque fue decepcionante para las activistas de los derechos reproductivos, la histórica votación reflejó décadas de educación y de lucha, en gran parte encabezadas por la doctora Mabel Bianco y la Fundación de Estudios e Investigación de la Mujer (FEIM), que ella misma fundó en 1989.
“Toda mi vida he trabajado para cambiar la ley sobre el aborto”, declaró Bianco, de 79 años, a AQ. La lucha por el aborto, sin embargo, es sólo la punta del iceberg de las cuatro décadas de activismo y estudio de Bianco. Nombrada por la BBC como una de las 100 mujeres más influyentes del mundo en 2019, la epidemióloga ha sido una pionera de la equidad de género en la salud desde que fue una de las tres mujeres en su pasantía de medicina en la década de 1960.
Al dar visibilidad a temas como la violencia contra la mujer, el control de la natalidad y el VIH/SIDA, Bianco ha dirigido grupos de trabajo y de estudio, incluyendo estudios pioneros sobre el cáncer de mama y sobre la mortalidad materna. Ha ocupado múltiples cargos en el Ministerio de Salud de Argentina y ha sido consultora de la Organización Mundial de la Salud, la ONU y la Organización Panamericana de la Salud, entre otros. Mientras tanto, la FEIM educa a los jóvenes en temas de salud pública y realiza actividades de cabildeo con los legisladores.
No obstante, sus propuestas políticas han encontrado a menudo fuertes adversarios, incluyendo la Iglesia Católica y una legislatura que hasta hace poco estaba dominada por hombres. Con la aprobación de una cuota de género en 1991 se eligió a más mujeres para el Congreso de Argentina, y la lucha de Bianco dio nuevos resultados: la aprobación de una ley en 2002 que garantizaba el acceso universal a los anticonceptivos y una ley en 2015 que garantizaba el tratamiento antirretrovírico universal del VIH.
La pandemia de el COVID-19 ha reforzado la urgencia de una atención sanitaria pública equitativa, pero también ha cambiado las prioridades. Es probable que no sea sino hasta 2021 cuando el congreso vuelva a debatir el tema del aborto. Pero Bianco no tiene planes de retroceder en la lucha, ni dejar que la pandemia frene las iniciativas educativas de la FEIM.
“Perdimos hace dos años”, afirmó Bianco. Pero “estoy esperando y estoy luchando”.
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Hopkins es pasante editorial en AQ
