Brian Nichols, Ministro Consejero de la embajada de Estados Unidos en Colombia, habla en esta entrevista sobre lo que se espera de la relación entre la administración de Barack Obama y el mandatario de Colombia en la era post-Uribe. Continuación en las políticas de extradición y antidrogas. TLC, aún en vilo. (Esta entrevista fue originalmente publicada en el website de Votebien.com.)
En materia de política exterior, uno de los asuntos más importantes para Colombia es su relación con Estados Unidos. Durante los últimos ocho años, con el Presidente Álvaro Uribe como un claro aliado del gobierno de George Bush en la región, la política antidrogas se mantuvo a través del Plan Colombia, al igual que las extradiciones y hasta la cooperación judicial.
La entrada del gobierno de Barack Obama no dio un giro sustancial en esta relación bilateral pero sí aumentó la presión de los grupos demócratas para no firmar el TLC, en razón a las violaciones a derechos humanos y asesinatos de sindicalistas que suceden en el país.
¿Cambiarán estas relaciones con un nuevo gobierno en la era posturibe?, ¿Qué políticas le interesa a la administración de Barack Obama mantener? Votebien entrevistó sobre estos temas a Brian Nichols, quien desde 2007 es el Ministro Consejero de la embajada de Estados Unidos en Bogotá y el segundo al mando después del embajador William Brownfield.
La Corte Constitucional declaró inexequible el referendo que permitiría una segunda reelección del presidente Álvaro Uribe. ¿Cómo recibió el Gobierno de Estados Unidos este fallo?
Brian Nichols: Para nosotros es una muestra muy clara de la fortaleza de las instituciones colombianas, y creo que la respuesta por parte del presidente Uribe de acatarse al fallo, significa que Colombia es un país maduro con instituciones maduras. El presidente Uribe demostró que él es un estadista que respeta la democracia y el Estado de Derecho.
¿Cómo van a ser las relaciones bilaterales en una era post Uribe, después de ocho años de intensa cercanía con este gobierno?
B.N.: Históricamente los Estados Unidos han tenido relaciones excelentes con Colombia. Vamos a seguir siendo aliados con una relación estrecha. Creo que todos los candidatos del lado colombiano se dan cuenta de la importancia de la relación bilateral y no espero un gran giro en la política de Colombia referente a los EU.
Pero en la baraja de candidatos, hay opciones que representan claramente una política distinta a la de Uribe. ¿Tienen temor que algunos de los acuerdos alcanzados durante estos ocho años, puedan flaquear con un presidente de centro o centro izquierda?
B.N.: No. Lo que hemos visto en muchos países, es que cuando ya tienen una relación muy cercana con EU, cualquier presidente que entra, va a tener sus propias ideas, va a hacer algunos retoques a la política, pero no hace grandes cambios.
¿Qué va a pasar con el TLC? ¿Uribe podrá cerrar su mandato con una aprobación de esta iniciativa, tal como lo sugirió el Senador republicano George LeMieux, o definitivamente será discutido en la siguiente administración?
B.N.: El TLC sigue siendo una prioridad para ambos países, pero el calendario legislativo de los EU es un poco apretado en este momento. Aún no hay claridad respecto a ninguno de los tres TLC, Panamá, Colombia y Corea del Sur. Sin embargo con las declaraciones del presidente Obama e incluso la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, está claro que es una prioridad y vamos a seguir buscando la forma de sacar adelante ese acuerdo.
Usted habla de unas trabas en términos de tiempo, pero la oposición demócrata al tratado por temas como los falsos positivos y las chuzadas del DAS, ¿tienen o no peso en estas decisiones?
B.N.: Colombia ha mostrado mucho progreso en temas como falsos positivos, el marco legal referente a los sindicatos, a los recursos que van hacía la Fiscalía y hacia la protección de personas vulnerables. Colombia tiene una historia muy buena para contar a las personas que han tenido preocupaciones frente a esos temas. Sin embargo, hay que reconocer que todavía hay cosas que uno quisiera que se pudieran mejorar.
Esa presión demócrata hizo que a comienzos de este año tres senadores, Rusell Feingold, Patrick Leahy y Christopher Dodd, le enviaran una carta a Hillary Clinton, criticando que la ayuda militar del Plan Colombia originalmente concebida por 5 años, ya va por el 11, superando la cifra de 7 billones de pesos, que se siguen girando sin tener en cuenta las criticas sobre violaciones a Derechos Humanos en el país. Con estos antecedentes y la crisis fiscal de EU, ¿esa ayuda se va a aumentar, mantener o disminuir en la siguiente administración?
B.N.: La administración Obama ya ha enviado su propuesta de presupuesto para el año 2011, por lo tanto no va a ser una sorpresa para el próximo presidente de Colombia. La cuestión es qué va a hacer el congreso con ese documento del Presidente pues finalmente son los parlamentarios los que deciden. Lo que he escuchado de los miembros del congreso con quienes hablo, es un deseo de respaldar los esfuerzos colombianos y aunque va a haber un proceso muy controlado de pasar más responsabilidades al gobierno, va a seguir siendo el país que mas recibe ayuda y cooperación por parte de EU en este hemisferio.
¿Ya se sabe cuál es la partida para Colombia en ese presupuesto?
B.N.: Para el año fiscal 2011 hay una propuesta de presupuesto que va alrededor de 464 mil millones de dólares.
El presidente Uribe ha sido reacio a negociar con las guerrillas en este país y ha optado por la mano dura. ¿Apoyarían un proceso de paz en Colombia, si un nuevo presidente escogiera ese camino?
B.N.: El mayor obstáculo para un proceso de paz en Colombia han sido los grupos armados ilegales en Colombia, ellos tendrían que cambiar su postura frente a una negociación. Tal vez con un cambio de gobierno ellos podrían cambiar su actitud. Si es así, estamos dispuestos a colaborar con el proceso pero eso no depende de nosotros, sino de esos grupos que han rechazado el diálogo durante muchos años.
¿Estados Unidos tiene alguna observación o preocupación sobre los congresistas elegidos, que son familiares de personas condenadas por el paramilitarismo?
B.N.: Así como elogiamos la determinación de las autoridades colombianas por investigar y, cuando ha sido necesario, procesar judicialmente las denuncias por presuntos vínculos entre funcionarios y grupos armados ilegales, confiamos que las denuncias por irregularidades a miembros de cualquier partido político, serán igualmente investigadas y procesadas. Les corresponde a las autoridades colombianas determinar la validez de esas denuncias.
¿La política de extradición se va a mantener con el siguiente gobierno?
B.N.: Ha sido una política muy importante para controlar el narcotráfico y el crimen que ha beneficiado los dos países, ojala se mantenga con el próximo presidente.
¿Podrían ser negociables con el siguiente gobierno, acuerdos polémicos como las bases militares o la inmunidad de personal diplomático y contratistas de EU en Colombia?
B.N.: En lo referente a bases, no hay bases norteamericanas en Colombia sino acceso a bases colombianas. El número de militares estadounidenses en Colombia se va a seguir bajando porque la necesidad de su presencia no existe. Los colombianos ya están entrenando a otros países en temas de seguridad: a mexicanos, panameños, paraguayos, guatemaltecos y muchos países caribeños, entonces no hay necesidad de un movimiento de militares de EU. Más bien hoy estamos llegando una cooperación de alto nivel en temas técnicos, por ejemplo los colombianos se están entrenando con tropas estadounidenses para esfuerzos conjuntos en Afganistán y Haití. Pero presencia ordinaria o de rutina, no va a haber acá. Hemos colaborado en asistencia humanitaria a Haití y Chile a través de instalaciones colombianas como era previsto en el acuerdo.
En cuanto a las inmunidades, eso no ha cambiado mucho en 40 años, está bajo el paraguas de los tratados de Viena, y también en acuerdos particulares con Colombia, pero es un proceso voluntario. Si un presidente colombiano en el futuro decide que no es conveniente, con su decisión puede pedir que se anule ese acuerdo, pero ojalá cualquier mandatario entienda que esos acuerdos siguen siendo convenientes.
El congresista Gregory Meeks convenció al gobierno de Uribe de que si les ponía atención a los afrocolombianos, el black caucus (agrupación que reúne a 41 representantes negros) apoyaría el TLC. También hay una partida de 15 millones de dólares del Plan Colombia que debe ser invertida en las comunidades afrocolombianas del Pacífico.
¿Ustedes ven avances en estas comunidades tan importantes para el gobierno Obama, sobre todo en representación política?
B.N.: Se ha mejorado bastante pero falta bastante todavía. Este gobierno se ha enfocado en el tema, pero las comunidades afro e indígenas siguen siendo las más pobres, las más sujetas a la violencia y con menos inclusión en Colombia. Sí faltan pasos importantes, pero no creo que falte voluntad política.
¿Una mejora en atención a esas comunidades sí favorecerá el TLC?
B.N.: Los miembros del Black Caucus de EU que siguen ese tema, se dan cuenta de los pasos importantes que ha habido y el tema del TLC tiene bastante apoyo dentro de ese grupo.
*Jenny Manrique es una bloguera que contribuye a americasquarterly.org. Es periodista Colombiana y fellow de la Fundación Internacional de Mujeres en los Medios (IWMF) y del Dart Center for Journalism & Trauma.