Desde Buenos Aires estamos viviendo con mucha intensidad los procesos electorales de nuestros vecinos. Hace un tiempo, escribí sobre algo de lo que está pasando en Chile. Ahora es el turno de Uruguay, aunque debo confesar que no me produce el mismo grado de entusiasmo. A diferencia de lo que ocurre en Chile, donde los personajes de siempre se enfrentan a opciones más novedosas, en Uruguay encontramos viejos conocidos como principales candidatos.
Este domingo (25 de octubre), Uruguay tendrá sus elecciones para definir quién reemplazará al Presidente Tabaré Vázquez. La coalición de gobierno, el Frente Amplio, lleva como candidato al viejo dirigente tupamaro José Mujica, quien seguramente recibirá la mayor cantidad de votos. El candidato del Partido Nacional, el ex-Presidente Luís Lacalle, muy crítico del gobierno del Presidente Vázquez, será el que ocupe el segundo lugar. En un tercer lugar, probablemente sin chances, llegará el candidato del Partido Colorado, Pedro Bordaberry.
El Presidente Vázquez fue un gobernante exitoso que supo administrar y liderar una coalición compleja. El ha despertado entusiasmo dentro y fuera de Uruguay porque fue un presidente moderno, que aprovechó la coyuntura local e internacional con pragmatismo y prudencia. Su figura representó el cambio y su gobierno será recordado incluso por acciones innovadoras que son ejemplos para el mundo como el Plan Ceibal. ¿Pero qué pasará después?
Las últimas encuestas muestran que muy posiblemente habrá una segunda vuelta entre Mujica y Lacalle para definir al nuevo Presidente. Lo interesante es que el rol de Tabaré Vázquez se ha vuelto crucial. Es que con altos niveles de popularidad, ni la oposición quiere denostarlo. Lacalle contrasta el perfil de izquierda social-demócrata de Vázquez con la posición más radical de Mujica. A su vez, a Mujica—que no era el candidato preferido del Presidente—ha tenido dificultades para mostrarse cercano a Tabaré Vázquez. Un punto de máxima tensión se logró luego de que se hicieran públicas las polémicas declaraciones de Mujica—proclive a los excesos verbales—sobre Argentina. Allí el Presidente dijo que eran “estupideces” las opiniones del candidato. Pero es muy importante para Mujica, y particularmente en un escenario de segunda vuelta, mostrarse muy cerca de Presidente en este tramo final de la campaña. El abrazo público de esta semana intentó disipar algunas dudas al respecto.
Además de la figura del actual Presidente, creo que otro factor importante en una eventual segunda vuelta serán los candidatos a la Vicepresidencia. El ex-Ministro de Economia Danilo Astori que acompaña en la fórmula a Mujica puede ser un factor clave para consolidar la victoria del Frente Amplio en segunda vuelta. Astori puede brindar una garantía de moderación y apertura al mundo que ayuda muchísimo a la candidatura de Mujica. El aspirante a la Vicepresidencia por el partido Nacional, Jorge Larrañaga, me parece que no contribuye tanto a la candidatura de Lacalle en una segunda vuelta.
En definitiva, todo parece indicar que si el Frente Amplio se muestra unido, con Tabaré Vázquez comprometido en la campaña y Astori sumando experiencia y moderación a la energía de Mujica, tendrá la oportunidad de gobernar el país por un nuevo período más. El desafío será continuar siendo una coalición de gobierno moderna que siga integrando a Uruguay al mundo, en beneficio de todos los uruguayos.
Juan Cruz Díaz vive en Buenos Aires y es editor de Americas Quarterly.