Estimado(a) Sr(a) Presidente(a):
Los baby boomers de Estados Unidos a menudo parecen representar las importaciones de mayor crecimiento en México. En la región del Lago de Chapala, en donde vivo, una cifra estimada de más de 10,000 estadounidenses –o el doble de ese número dependiendo de la época del año– llaman “su hogar” a la zona que se encuentra entre las ciudades de Chapala y Jocotepec. Mientras que la mayoría vienen para disfrutar el agradable clima de “La Riviera del Lago de Chapala” y el menor costo de vida, en muchas formas también son embajadores especiales de Estados Unidos, ya que contribuyen a la economía local y participan en las obras de beneficencia de la región. Comunidades de retiro de expatriados estadounidenses también están prosperando en otras ciudades de México, como San Miguel de Allende y Mérida, por no mencionar las de Belice, Panamá y Ecuador.
Sin embargo, estos boomers al envejecer están enfrentando condiciones de discriminación en sus gastos médicos. Como residentes en el extranjero no califican para reembolsos de Medicare, excepto en casos extraordinarios. Usted podría hacer una contribución significativa a su bienestar, tranquilidad e, indirectamente, a la economía de los países que los han acogido, permitiendo los pagos a los beneficiarios de Medicare que viven fuera de Estados Unidos.
El retiro en otro país no es un fenómeno que únicamente ocurre en América Latina. Más ciudadanos estadounidenses están optando por vivir los años que les quedan en muchos otros lugares del mundo. Entonces, ¿por qué no pueden disfrutar en otros lugares de los beneficios de Medicare? Los viajeros que caen enfermos en otro país pueden obtener reembolso de sus gastos médicos. Al desligar los derechos a Medicare del requisito de tener una residencia establecida en Estados Unidos se reconocerían los profundos cambios que se han operado en la vida de los estadounidenses en el medio siglo transcurrido desde que se instituyó el programa.
Muchos de los baby boomers que viven fuera del país ya han pasado la última parte de su carrera trabajando fuera de Estados Unidos, lo que refleja el interés de las multinacionales en los negocios de este país. La mayoría de ellos son personas con una educación que han aprendido a convivir con culturas diferentes. Entre los que se han retirado en América Latina hay educadores, exempleados gubernamentales, ejecutivos corporativos y empresarios. Una buena parte de ellos han encontrado nuevas ocupaciones a las cuales destinan su energía y siguen pagando impuestos en Estados Unidos. Además hay muchos ciudadanos estadounidenses de origen latinoamericano que consideran retirarse a sus países de origen para estar cerca de sus familias.
El movimiento para extender las prestaciones de Medicare en el exterior poco a poco va cobrando ímpetu. Los grupos de expatriados de San Miguel de Allende y Chapala están promoviendo el cambio. Usted podría aprovechar esta oportunidad para trabajar con el Congreso e investigar esta tendencia para posteriormente implementar un programa piloto de Medicare en una ciudad latinoamericana como Guadalajara, que ya constituye un centro de turismo médico gracias a su atención médica de alta calidad y prestigiosas instituciones educativas públicas y privadas.
Los críticos argumentan que extender los beneficios de Medicare más allá de las fronteras de Estados Unidos complicaría los esfuerzos para mantener el control del gasto, lo que haría al programa aún más vulnerable a los fraudes. Sin embargo, esta es una perspectiva muy simplista. De hecho, representaría un ahorro para nuestro sistema de atención médica ya de por sí sobrecargado. De acuerdo con los Centros para los Servicios de Medicare y Medicaid, los gastos nacionales de Estados Unidos en salud (NHE, national health expenditures) ascienden a casi US$10,000 por persona al año; el gasto en Medicare representa el 20 por ciento de los NHE totales. Por otro lado, de acuerdo con proyecciones, el gasto en salud se incrementará en un promedio de 5.8 por ciento anual de 2014 a 2024. Los costos de estos rubros varían en América Latina pero en general son más bajos que los de Estados Unidos, lo que representaría un ahorro considerable tanto para nuestro gobierno como para miles de ciudadanos. Por poner un ejemplo, el documento Health of America Report (Informe Salud de Estados Unidos) elaborado por Blue Cross Intelligence en 2015, reveló que el costo promedio de la cirugía de reemplazo de rodilla era de US$31,124 en 64 mercados de Estados Unidos. El mismo procedimiento quirúrgico en Guadalajara costaría cerca de una cuarta parte de ese total –alrededor de US$8,000– en muchos de sus hospitales más importantes.
En lo que se refiere a la preocupación por los fraudes, el programa de seguro TRICARE que cubre al personal militar de Estados Unidos ofrece un modelo de éxito en el control y monitoreo del gasto en salud para ciudadanos estadounidenses que viven en otros países. Además, hay organizaciones como la Joint Commission International, establecida en Estados Unidos, que identifican y certifican organizaciones médicas de calidad alrededor del mundo. Asimismo, organizaciones importantes, como Blue Cross-Blue Shield actualmente colaboran con hospitales certificados de toda América Latina.
Es una cuestión de justicia. La gran mayoría de jubilados de Estados Unidos que viven en México o algún otro país de América Latina han hecho aportaciones durante toda su vida laboral a un sistema de Medicare que no pueden utilizar. Usted podría eliminar esta desigualdad aprovechando las redes médicas existentes que ya usan TRICARE y las principales compañías aseguradoras y ayudar así a las compañías de Estados Unidos en este proceso. Con las salvaguardas adecuadas en contra de fraudes, se trata de una propuesta ganar-ganar. Y si necesita más argumentos convincentes, ¡no olvide que los ciudadanos estadounidenses que viven en el exterior también son votantes!
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Truly se ha dedicado a estudiar la migración de retirados a América Latina desde 1997 y actualmente trabaja como profesor en la Universidad Autónoma de Guadalajara. Antes de mudarse a la región del Lago de Chapala, en México, para dedicarse a estudiar el crecimiento e impacto de la migración internacional de retirados, recibió su título de doctor en Geografía por la Universidad de Carolina del Sur.