Este artículo ha sido adaptado del informe especial de AQ sobre el superciclo electoral de América Latina | Read this article in English here |
En el superciclo electoral de América Latina de 2024 es probable que los votantes recompensen a los líderes que responden a sus necesidades más fundamentales, aunque en algunos casos sin necesariamente importar si valoran la democracia, un gobierno limpio o el Estado de derecho.
Se trata de un cambio notable, tras varios años en los que la tendencia predominante en la región fue la de “saquen a los mismos de siempre,” una actitud contra la reelección o perpetuación en el poder. Como bien saben los lectores de AQ, 20 de las últimas 22 elecciones presidenciales libres y justas en América Latina desde 2018 han sido ganadas por la oposición, ya que los votantes arremetieron contra el estancamiento del nivel de vida, la corrupción y el aumento del crimen organizado. Pero esa tendencia podría cambiar este año, gracias a líderes que han disfrutado de cierto éxito, incluso si sus políticas y decisiones ha tenido un costo societal.
En El Salvador, Nayib Bukele aspira a la reelección gracias a su política de seguridad pública, que ha contribuido a reducir la delincuencia, pero también ha conllevado al encarcelamiento de miles de salvadoreños sin el debido proceso judicial. En México, Claudia Sheinbaum, la candidata preferida del presidente Andrés Manuel López Obrador, encabeza las encuestas, aprovechando la popularidad del actual mandatario gracias a sus programas sociales, a pesar de sus repetidos intentos de socavar la independencia de las instituciones democráticas. En Panamá, el expresidente Ricardo Martinelli, condenado por lavado de dinero, es uno de los candidatos líder tras haber gobernado previamente durante una época de prosperidad económica.
Algunas de las elecciones de este año serán más tradicionales. En la República Dominicana, el presidente Luis Abinader, con popularidad basada en una plataforma anticorrupción, encabeza las encuestas. Uruguay sigue siendo un ejemplo de cómo las instituciones democráticas pueden, con el tiempo, responder a las preocupaciones de la gente, aunque el crimen organizado plantea riesgos. Venezuela merece un tratamiento aparte. Aunque el régimen de Nicolás Maduro se ha comprometido a celebrar elecciones, casi nadie cree que vayan a ser realmente libres y justas. De hecho, un verdadero retorno a la democracia exige algo más que una votación.
A continuación, se presenta un breve panorama de las elecciones -y el de una “elección” particular- en América Latina:
Conozca a los candidatos de las elecciones de El Salvador en 2024
EL SALVADOR: Derechos vs Seguridad
Desde que asumió el cargo en 2019, Nayib Bukele ha tomado varias medidas para erosionar las garantías democráticas. En 2021, utilizó su mayoría en la Asamblea Nacional para apoderarse políticamente de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia y de la fiscalía general, y adoptar normas que permitieron la destitución de cientos de jueces de tribunales inferiores, ampliar su control sobre el poder judicial y aprobar una legislación y un estado de emergencia que redujeron los índices de delincuencia a expensas de los derechos ciudadanos. Una Sala Constitucional cercana al mandatario allanó el camino para su reelección, a pesar de las prohibiciones constitucionales.
Sin embargo, la popularidad de Bukele se debe a unas políticas que lograron reducir los índices de violencia en un país antes asolado por los horrendos crímenes de las bandas, mediante una estrategia apoyada por una campaña de comunicación. En las elecciones de febrero, la cuestión no es si Bukele ganará (lo hará), sino con qué margen. Una victoria decisiva podría debilitar aún más la oposición política, el periodismo independiente y la sociedad civil, en un contexto de reducción del espacio cívico. Las elecciones se celebran después de que Bukele realizara un concertado esfuerzo para mejorar las posibilidades de su partido de obtener una mayoría legislativa. Esto le permitiría posteriormente influir en nombramientos clave, como los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, los miembros del Tribunal Supremo Electoral y el fiscal general.
Conozca a los candidatos de las elecciones de Panamá en 2024
PANAMÁ: ¿El regreso de un presidente convicto?
La histórica alternancia en el poder entre los dos partidos tradicionales de Panamá -el Partido Revolucionario Democrático y el Partido Panameñista- terminó con la elección de Ricardo Martinelli en 2009. A pesar de las acusaciones de corrupción, Martinelli se benefició de un entorno económico (y una deuda contraída) que le permitió invertir en infraestructuras -incluida la construcción del metro de Ciudad de Panamá- lo que aumentó su popularidad. Esto dio lugar al eslogan “robó, pero hizo.”
Aunque las encuestas favorecen a Martinelli para las elecciones presidenciales de mayo, un obstáculo importante es la prohibición constitucional de Panamá de permitir que compitan personas con a más de cinco años de cárcel. El año pasado Martinelli fue condenado a más de 10 años por lavado de dinero, y Estados Unidos le ha prohibido la entrada al país. Martinelli ha negado haber cometido delito alguno. En diciembre estaba pendiente un recurso para anular su condena. Si se confirma la condena, no podrá presentarse legalmente a la contienda electoral.
Teniendo en cuenta el acoso al que ha sometido a opositores y medios de comunicación en el pasado y las acusaciones de haber coaccionado a las autoridades judiciales, los analistas temen que su regreso a la política ponga en peligro el Estado de derecho en Panamá e invite a tomar represalias sobre quienes presentaron cargos en su contra.
Si Martinelli no se presenta, la carrera presidencial está abierta. Tras la elección de Martinelli y la reciente autorización para que se presenten candidatos independientes, el bipartidismo ha dejado de ser un problema.
En 2023, decenas de miles de personas inundaron las calles con multitudinarias manifestaciones, las mayores protestas desde el retorno del país a la democracia en la década de 1990. Las marchas ser realizaron contra el intento del gobierno de renovar una concesión minera a una empresa canadiense, que recientemente fue declarada inconstitucional. Aunque las cuestiones medioambientales no figuraban entre las principales prioridades de los votantes, los vínculos de los candidatos con la minería podían influir en el resultado electoral.
Conozca a las candidatas de las elecciones de México en 2024
MÉXICO: Socavar la integridad electoral
Las elecciones de junio son cruciales para el futuro de la democracia mexicana y se celebran en un contexto de intentos por parte del presidente López Obrador y su partido Morena de socavar las instituciones independientes, incluido el Instituto Nacional Electoral (INE). Las tensiones aumentaron después de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación revocara medidas contra el personal del INE, su capacidad de vigilancia electoral y la independencia presupuestaria de la institución. Los ataques del presidente a la Suprema Corte, junto con una propuesta de reforma constitucional para elegir a los jueces por votación popular, activan las alarmas de un retroceso democrático. Y a ello se suman al acoso a opositores políticos, medios de comunicación independientes y grupos de la sociedad civil, así como a la creciente militarización del país.
No obstante, López Obrador sigue siendo muy popular, en parte debido a sus medidas de austeridad, sus políticas sociales, la reducción de la tasa de pobreza y su percibida cercanía a la gente, alimentada por sus conferencias de prensa diarias.
Por primera vez desde 2000, cuando los mexicanos votaron para poner fin a 70 años de gobierno unipartidista, el Estado apoya activamente a la candidata del partido gobernante, Claudia Sheinbaum. La exalcaldesa de Ciudad de México y heredera política de López Obrador se beneficiará de los recursos del gobierno y del acceso a los medios de comunicación. Su principal rival, Xóchitl Gálvez, se enfrenta al reto de liderar una coalición diversa. Aunque cualquiera de las dos sería la primera mujer presidenta de México, sigue habiendo incertidumbre sobre el futuro de los derechos de la mujer, ya que ninguna de las dos candidatas ha hecho mucho por defender esta causa.
Aunque las encuestas favorecen actualmente a Sheinbaum, el margen de victoria no está claro, y eso tendrá un gran impacto en el futuro de México. Una victoria decisiva de Morena en las elecciones legislativas podría reforzar su control del Congreso, perpetuando potencialmente el proyecto populista de López Obrador y socavando aún más los controles y equilibrios societales, si Sheinbaum no se distancia claramente de López Obrador. Otra posibilidad es que una victoria ajustada de Gálvez plantee dudas sobre la aceptación de la derrota por parte de López Obrador.
Conozca a los candidatos de las elecciones de la República Dominicana en 2024
REPÚBLICA DOMINICANA: La estabilidad favorece al partido en el poder
El Partido Revolucionario Moderno asumió el poder en 2020 con un programa anticorrupción, tras una movilización social masiva a raíz del escándalo de Odebrecht. Bajo la administración del presidente Luis Abinader, se nombró a un fiscal general independiente, que dirigió las investigaciones penales sobre ex funcionarios del gobierno y personas cercanas al expresidente Danilo Medina. A pesar de la inflación y las reducidas tasas de crecimiento, el país mantiene una relativa estabilidad económica. El manejo de la pandemia por parte de Abinader aumentó su popularidad.
El presidente, quien se enfrenta a una oposición dividida y lidera las encuestas, busca la reelección basándose en sus iniciativas contra la corrupción, especialmente atractivas para los votantes de las zonas urbanas de ingresos medios y altos. También ha instado a la comunidad internacional a encarar la crisis haitiana, aparentemente con el objetivo de obtener más apoyo, incluso de la derecha del país.
El éxito del presidente Abinader en la primera vuelta electoral de mayo sigue siendo incierto. En cualquier caso, las próximas elecciones no suponen un gran desafío para la estabilidad democrática del país.
Conozca a los candidatos en las elecciones de Uruguay en 2024
URUGUAY: Financiación electoral
Uruguay destaca como ejemplo de convivencia democrática. Las instituciones sirven de canal para atender las demandas ciudadanas. La confianza en las instituciones, incluyendo pero no limitándose a los partidos políticos, distingue al país del resto de América Latina.
A pesar de una retórica cada vez más hostil (para los estándares uruguayos) en la incipiente campaña, es probable que el año electoral -con una primera vuelta en octubre- y la respectiva transición transcurran con calma. Los candidatos deben articular estrategias para abordar los retos estructurales, como las graves condiciones de las cárceles, las disparidades en el acceso a los servicios básicos y la delincuencia. Los observadores deben seguir de cerca los resultados de las primarias de junio, especialmente en el seno de la coalición de izquierdas Frente Amplio, ya que se espera una votación muy reñida.
La creciente presencia del crimen organizado en el país pone de relieve la necesidad de mejorar la regulación de la financiación electoral privada. La legislación vigente carece de claridad sobre la divulgación de las donaciones privadas, excluye la presentación de informes sobre financiación privada para las primarias y pasa por alto la supervisión de los gastos de campaña en medios digitales. Además, la limitada capacidad del Tribunal Electoral para realizar una supervisión eficaz reduce el proceso de rendición de cuentas a una mera formalidad. Al momento de redactar este informe, estaba pendiente un anteproyecto de ley, si bien imperfecto, implica algunas mejoras.
Conozca a los candidatos en las elecciones de Venezuela en 2024
VENEZUELA: El día después
A medida que se acerca la votación presidencial en Venezuela, son esenciales los esfuerzos para facilitar unas elecciones lo más libres y justas posible. Deben alinearse con la hoja de ruta de la misión de observación electoral de la Unión Europea del 2021. Entre las medidas clave figuran que se permita la participación de candidatos inhabilitados, reforzar la separación de poderes, la independencia judicial, y abolir la potestad del Contralor General para despojar a los ciudadanos de sus derechos políticos.
A pesar de que la oposición eligió por abrumadora mayoría a María Corina Machado como candidata presidencial en las primarias de octubre, sigue estando arbitrariamente inhabilitada para presentarse a los comicios. En un país sin independencia judicial, el gobierno respondió hostigando a los organizadores de las primarias y a integrantes del equipo de Machado.
Mientras tanto, el gobierno entabla negociaciones políticas con los representantes de la oposición sobre las condiciones electorales y un acuerdo humanitario, pero su aplicación parece poco probable. Simultáneamente, las discusiones con las autoridades estadounidenses se centran en asegurar el alivio de las sanciones a cambio de ciertas concesiones.
Aunque el alivio de las sanciones y la legitimidad de unas elecciones reconocidas internacionalmente son herramientas potentes para incentivar a los gobernantes a adoptar una transición democrática, no son soluciones independientes para resolver la debacle de Venezuela. Será esencial analizar cómo la rendición de cuentas por crímenes internacionales puede servir de palanca de negociación.
Sin una conversación seria sobre cómo será el día después para los que están en el poder, las elecciones de 2024 no conducirán a una transición democrática, y podrían ser utilizadas por el gobierno de Maduro para legitimar un régimen represivo.