Reunidos alrededor de una mesa cuadrada en Ciudad de México, un grupo de Dreamers americanos y senadores mexicanos hablaban con sinceridad, compartiendo su esperanza por un mejor futuro. Una reunión entre los dos grupos podría parecer inusual, pero no para la mujer que los unió.
Por más de una década, Rebeca Vargas, presidenta y CEO del U.S.-Mexico Foundation (USMF), ha trabajado sin parar para acercar a comunidades mexicanas en los dos lados de la frontera. Uno de sus últimos proyectos- el programa de USMF Dreamers Sin Fronteras—ha traído 180 Dreamers a México desde su inicio marzo de 2015. Durante el programa de mentoría, los Dreamers se reúnen con legisladores, visitan las multinacionales de México, y construyen amistades a través de la frontera con estudiantes universitarios mexicanos. El objetivo, explicó Vargas, es “abrir un espacio para México en los corazones y mentes de inmigrantes recientes”. Este tipo de enfoque binacional, profesional y bilingüe—conseguido en todos los programas educativos de USMF—también es representativo de la historia en los dos lados de la frontera de Vargas. Ahora con 45 años, comenzó su carrera en BBVA (ahora BBVA Bancomer) en Ciudad de México, y después de graduarse con MBA de la Universidad de Tulane en el 2000 trabajó en Citibank en Nueva York. Dos años después era la única mujer, y el miembro más jóven—en el equipo ejecutivo que dirigía la integración del segundo banco más grande de México.
“En ese punto, levanté mi mano”, Vargas contó, describiendo el email que escribió al entonces CEO de Global Consumer Banks sobre la necesidad de involucrar al creciente mercado latino. Fue una oportunidad de “hacer algo bueno por mi comunidad y lo correcto para la compañía”.
Ese email cambiaría su carrera por los próximos 12 años—primero en Citibank y después en JP Morgan Chase—Vargas lideró los esfuerzos de marketing, desarrollo de productos y divulgación en el mercado latino, ayudando a familias a enviar remesas sin costo y asistiendo a clientes a abrir sus primeras cuentas en bancos estadounidenses, tarjetas de crédito e hipotecas. Ahora en USMF, Vargas dice que está trabajando por los mismos objetivos que trabajaba en el sector bancario: conectar y fortalecer a las comunidades mexicanas y mexicanas-americanas en los dos lados de la frontera. “Estados Unidos y México comparten una frontera, un destino, y un futuro”, dijo. “Debemos aprovechar eso”.
Vargas no está solamente reconociendo ese futuro compartido; está ayudando a construirlo, sea a través de productos financieros de los dos lados de la frontera, intercambios de estudiantes, o reuniones improbables entre Dreamers y senadores mexicanos.