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Entrevista Exclusiva: Un Campeón Ecuatoriano de la Marcha Atlética, Jefferson Pérez

Reading Time: 5 minutesEl atleta y campeón olímpico ecuatoriano habla con [i]AQ[/i] sobre sus logros deportivos.
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Jefferson Pérez
Photo courtesy of JP SportMarketing

Leonardo Jefferson Pérez, nacido en Cuenca, Ecuador el 1º de julio, 1974, es uno de los mejores atletas en toda historia ecuatoriana. El marchista es el único medallista olímpico del país (oro en 1996 y plata en 2008), además de ganador de numerosos campeonatos y copas mundiales. Es también la persona más joven en haber ganado la marcha de 20 kilómetros. Huérfano de padre e hijo de madre ciega, se crió en medio de la pobreza y le atribuye su inspiración y su éxito al proceso de fortalecimiento corporal y espiritual que experimentó durante su niñez. Hoy en día se dedica al trabajo de su fundación, Fundación Jefferson Pérez, cuya misión es eliminar el trabajo infantil brindando a los niños y adolescentes la oportunidad de recibir una educación digna.

Entrevista conducida por Nina Agrawal.

Americas Quarterly Online: ¿De dónde viene su interés por la marcha rápida? ¿Cuándo empezó a practicar este deporte?

Jefferson Pérez: Cuando era adolescente no me gustaba la educación física. Estamos hablando de los años 90. En ese momento la computación era unas de las especialidades que estaba creciendo y yo quería estudiarlo. Entonces yo pasaba mucho tiempo en los laboratorios de computación viendo como se armaba, como se programaba. Resultó que iba a perder el año por ausencias y faltas a la clase de educación física. Me parecía irónico pues yo era uno de los estudiantes con mejores notas. El profesor de educación física me propuso participar en una competencia de todos los cursos. Si yo ganara, pasaría el año—y si perdiera, perdería el año. Dado las condiciones económicas en mi casa, habría sido imposible perder un año.

Busqué un entrenador en el lugar donde los niños iban a correr. Desde ese momento las cosas se dieron muy rápido. A los dos meses y medio o tres de estar entrenando aprobé el examen de educación física y además competí y gané en un evento nacional. Cuatro meses después gané en una competencia internacional.

Decidí hacer marcha porque la primera ocasión que vi a alguien haciéndolo me di cuenta que los marchistas no sólo tenían que entrenar físicamente. No era lo clásico de llegar, cambiar la ropa, calentar, entrenar e irse. Además del entrenamiento los marchistas hacen análisis biomecánico, tienen muchas conferencias. En la marcha tienes que prepararte en la pista pero también tienes que estudiar fuera de la pista.

AQ Online: Se cuenta que su niñez fue difícil en términos de tus circunstancias económicas. ¿Cuál fue el impacto de esa niñez en su decisión de participar en la marcha?

Pérez: La especialidad de la marcha no son las condiciones físicas. Es un deporte en el que participan personas con alta tolerancia al sufrimiento. Desde muy niño tuve la oportunidad de preparar mi mente, espíritu y cuerpo. Yo vendía periódico en las calles de Ecuador con los riesgos que ello implica. Tuve que competir con personas mayores que yo y correr para cada venta. Al día corría de 6 a 8 kilómetros durante tres horas sin parar.

Además de eso le ayudaba a mi mamá en las ventas en la plaza cargando bultos muy pesados. Esto fue fortaleciendo mi condición física y espiritual. Nosotros no sabíamos de vacaciones ni paseos ni salir a una discoteca. Jamás lo hacíamos. Esos fueron los primeros pilares del entrenamiento—la tolerancia física con la venta de periódicos y la ayuda a mi mamá, y la espiritual con la necesidad de competir pero también de compartir teniendo en cuenta las necesidades materiales.

AQ Online: ¿Cómo se sintió cuando ganó su primera medalla de oro (y la primera de Ecuador) en los Juegos Olímpicos de 1996?

Pérez: En 1992 fui por primera vez a los Juegos Olímpicos de Barcelona. Yo era un adolescente de 18 años. En la mitad de la competencia me enfermé y decidí retirarme. La prensa fue muy dura conmigo. Escribieron “a este Cuencano no deberían permitirle jamás representar al país porque es un persona que ni siquiera termina la competencia.” Para mí fue muy duro y díficil. Desde allí me puse como meta no necesariamente una medalla olímpica sino llegar [a los próximos Juegos] con las mejores herramientas técnicas, emocionales y espirituales.

Entonces cuando llegué a los Juegos de Atlanta con un entrenador que se hizo cargo de mi preparación, quien venía con una mentalidad completamente diferente, estaba en una condición física extraordinaria y espiritual de niño de las calles, o sea muy peleador.

En Atlanta no es que gané la medalla, es que vencí mis miedos y el estereotipo de cuatro años atrás sobre la imposibilidad de ganar por ser de un país pequeño y sin recursos adecuados.

AQ Online: ¿Por qué decidió retirarse después de los Juegos de 2008?

Pérez: Planeaba hacerlo en 2004. Pero en 2002 gané los mundiales, en 2003 rompí el record del mundo y en 2004 gané la copa del mundo. Estaba muy convencido de poder hacerlo [competir en los Juegos de 2008]. Seguí entrenando hasta el año 2008. Entrené más de 4,000 metros de altura, entrené a cero grados de temperatura. Eso era lo que a mí me endurecía, pero poco a poco también me fue desgastando. En el año 2008 yo llegué cansado. Entonces tomé la decisión. No quería seguir compitiendo; ya estaba contento con lo que había hecho, estaba en paz con lo que había logrado y quería trabajar desde otras plataformas.

AQ Online: Describa un poco el trabajo de su fundación. ¿Por qué eligió los temas de eliminación del trabajo infantil y escolarización?

Pérez: En una de las visitas que realizo a las cárceles encontré a un amigo de infancia. Cuando yo era niño vivía en un mundo de robo, matanzas y drogas. Cuando yo salía a mi carrera atlética me di cuenta que Dios me había dado un talento y una responsabilidad. Tuve educación, amigos, y una oportunidad de viajar por el mundo y decir que soy ecuatoriano, y tengo la responsabilidad de compartir esas bondades.

La fundación les otorga a niños que están trabajando becas para lanzar o continuar estudios. Les da todo apoyo académico y el financiamiento para que vayan a la escuela con uniforme y útiles y tengan para el bus y la comida. También da actividades complementarias como música, deportes y arte para cuando los niños salen de la escuela. Si se ve que un niño está faltando a sus clases, contrata a un personal para que en la  hora que no esté en la clase le esfuerce. También damos entrenamiento en micro-empresa a los padres de los niños. Lo más importante es entender que la preparación académica es importante.

Hasta ahora tenemos a 1,500 niños estudiando en 110 escuelas. Tenemos un equipo de sociólogos y psicólogos con los que visitamos las calles y los barrios más pobres. Tenemos una base de datos de 5,000 niños entre los que escogemos a los candidatos para acceder a las becas.

AQ Online: ¿Cómo piensa que su fama ha contribuido a su causa?

Pérez: Una medalla olímpica es como una llave. Te puede abrir discotecas para embriagarte, comprar autos lujosos, conducir y matarte. También puede abrir puertas para trabajar con la gente. Uno decide cómo usar la llave. Dios actúa para que uno decida que debe usar la llave para dar oportunidades a los demás.

AQ Online: ¿Cuál es el rol de los deportes en el desarrollo de la juventud?

Pérez: Cuando los jóvenes se sientan a la mesa, ¿qué es lo que comen? Por lo general tienen un alimento sólido y un líquido. La vida es igual. El deporte es un alimento sólido y la lectura y lo académico es el líquido. No deben separarse. Si te gusta mucho estudiar, también haz un deporte para que seas un extraordinario ser humano.



Tags: Deporte, Ecuador, Jefferson Pérez
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