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Santos Presidente: Un triunfo de Uribe



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Como estaba previsto en las encuestas electorales y gracias a que el candidato presidencial Juan Manuel Santos se había erigido como el natural sucesor de Álvaro Uribe, los resultados de los comicios del domingo le dieron un triunfo arrollador al aspirante del partido de la U. Con 9 millones de votos, Santos alcanzó el 69% de la votación mientras su contendor Antanas Mockus, obtuvo el 27% y el voto en blanco el 3% restante.

Juan Manuel Santos se convirtió en el presidente No. 70 de Colombia y se echó sobre los hombros la nada fácil tarea de reemplazar a uno de los mandatarios más populares del último siglo en Colombia. Tiene dos opciones, sin duda cabalgar sobre su popularidad o enfrentarse a las prácticas mafiosas que tanto se criticaron de su gobierno. Algunos analistas estiman que Santos se rodearía de un equipo más tecnócrata y menos politiquero aunque en su acuerdo de unidad nacional le dio la bienvenida a todos los sectores, y en ellos entraron colados algunos altamente cuestionados en el país como la bancada del PIN, un partido cuyo principal líder, Juan Carlos Martínez, está en la cárcel La Picota. De hecho fueron las adhesiones públicas de los partidos Conservador y Cambio Radical y la de algunos militantes del Partido Liberal, las que le permitieron aumentar su votación en 2 millones 300 mil votos.

Mockus por su parte, aumentó su votación en casi 500 mil los votos lo que es un resultado positivo vistos los pronósticos sobre abstención (que fue finalmente del 56%), la lluvia y el mundial de fútbol jugando en contra de la concurrencia en las urnas. El candidato del partido verde al menos pasó el difícil reto de conservar su votación nada despreciable, que le dice al nuevo mandatario que una importante parte del país quiere desterrar el cáncer de la corrupción del Estado. En su discurso de cierre, Mockus manifestó su intención de mantenerse en el panorama político nacional aunque no mencionó la palabra oposición. Dijo que su partido apoyará “lo que se revele como bueno luego de un intercambio de argumentos libre de presiones”, al tiempo que rechazará “lo que, en libre intercambio de argumentos, se revele como indebido”.

La efímera ola verde aún está biche para cambiar la cultura política del país pero dio un paso importante. Ahora el reto está en mantener la coalición y no desdibujarse por peleas internas, ya que la derrota siempre crea divisiones y búsqueda de culpables. El estilo Antanas no ha sido compartido del todo por sus coequiperos, aunque en aras de la solidaridad siempre mostraron un partido unido. Pero no es un secreto que Sergio Fajardo, su candidato a vicepresidente no volvió a parecer en público con ellos y que Enrique Peñalosa, fue el gran freno para hacer una coalición con el Polo Democrático de Gustavo Petro, partido que terminó llamando al voto en blanco.

El reto para el Partido Verde es apuntarle a las gobernaciones y alcaldías del país donde puedan tener peso. Es el caso de Antioquia y Cundinamarca, así como Medellín y Bogotá, las más importantes a nivel nacional. En la alcaldía de la capital del país, Adriana Córdoba, la esposa de Mockus, se perfila como firme aspirante.

En cuanto al gobierno de Santos, éste ya definió su equipo de empalme e hizo sus primeros nombramientos: Al frente de la cartera de Hacienda estará Juan Carlos Echeverry, director programático de su campaña y su secretario privado será Juan Carlos Mira, su actual bodyman. Su movida da señas de que uno de los temas más importantes para él será la economía, pues su promesa es nada menos que bajar el desempleo a un dígito (actualmente está en 12%) y sacar a 7 millones de colombianos de la pobreza y a 4 millones de la indigencia. Para esto pretende crear cerca de 2,4 millones de nuevos puestos de trabajo y formalizar 500 mil. También busca duplicar las exportaciones del campo para que lleguen a US$ 12 mil millones.

Todo esto necesita de una reforma fiscal sobre la que ha sido tajante en que no subirá impuestos, algo que varios expertos (incluido el propio Echeverry en pronunciamientos anteriores) ha considerado inviable.

En la esfera social promete construir 300 mil viviendas y continuar con los programas asistencialistas de este gobierno como Familias en Acción, el cual fue utilizado ampliamente para presionar el voto a favor del partido de la U, según lo documentó la ONG Global Exchange.

Cierto es que muchos proyectos de ley que impulse serán fácilmente aprobados pues tiene una bancada mayoritaria en el Congreso: casi el 80% está con él. Pero tanta unanimidad y una oposición desdibujada que será seguramente asumida por el Polo con tan solo 13 congresistas y el partido verde con 7, no son sanas para una democracia.

El domingo, durante la celebración de su triunfo en el Coliseo cubierto el Campín de Bogotá, en un escenario con globos tricolores y pantallas que recordó las convenciones estadounidenses, refrendó su Gran Acuerdo de Unidad Nacional en un tono conciliador con todos los sectores. Lo hizo ante unas cuatro mil personas que vestían camisetas  y manillas de Santos mientras sostenían los carteles con la frase “Gracias Colombia”. Aprovechó sus 45 minutos de discurso para invitar a los miembros del Partido Verde a que hicieran parte de su equipo, felicitó a las Fuerzas Militares por la seguridad durante los comicios y prometió a las Cortes que restablecería un diálogo con ellos. Ayer trascendió que ese encuentro con altos magistrados tendrá lugar este miércoles en la mañana.

Santos también se dirigió a la comunidad internacional y prometió que “la diplomacia y el respeto serán el eje de nuestras relaciones internacionales”. Ayer recibió las llamada de Rafael Correa y un comunicado del gobierno venezolano de Hugo Chávez que dice que estará “muy atento a las declaraciones del nuevo gobierno y dependiendo de ellas se perfilarán las nuevas relaciones”.

El público uribista que coreaba el nombre de Uribe y gritaba no más Farc, escuchó a un Santos enfático con el grupo guerrillero. “A las Farc se les agotó su tiempo”, aseguró y les exigió que liberen unilateralmente a todos los secuestrados, al tiempo que los llamó a la reinserción.

Al dedicarle el triunfo al Presidente Uribe: (Éste es el triunfo de todos los que creemos que la seguridad democrática, la confianza inversionista y la cohesión social son logros que no pueden abandonarse… Este es su triunfo presidente Uribe”), Santos no abandona a su principal mentor político. Entiende que éste sigue siendo un país uribista, al que no obstante a partir del próximo 7 de agosto, tendrá que acostumbrarlo al nuevo estilo Santos.

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Jenny Manrique es una bloguera contribuidora para AQ Online. Ella es una periodista colombiana que ha escrito para medios como Semana, Votebien.com, El Espectador, Latinamerican Press y Folha de São Paulo. Actualmente trabaja como periodista freelance. Su cuenta de Twitter es: @JennyManriqueC.

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